Sócrates presentó su renuncia menos de dos horas después de que el Parlamento votara en contra de su nuevo plan de austeridad, y luego de que la Presidencia anunciara su dimisión por medio de un comunicado. Personalmente confirmó la noticia en una rueda de prensa ofrecida en Lisboa (capital del país).
“Puede que haya gente que piense que ha ganado una victoria política, pero si es así, esa gente no está pensando por el país (...) esto no tiene que ver con el Gobierno, pero sí con el país, que ahora se enfrenta no sólo a una crisis económica sino a una crisis política”, expresó.
Agregó que con su dimisión sintió “estar cumpliendo con el deber” y recalcó que aunque el plan planteado fue rechazado, aún cree necesarias las medidas propuestas ante la crisis económica que atraviesa el país.
"Esta crisis política, en este momento, tendrá consecuencias gravísimas para la confianza que Portugal necesita ante las instituciones y los mercados financieros", aseveró.
A pesar de su renuncia, Sócrates insistió en que su país “seguirá contando” con su ayuda y concluyó reiterando su confianza a pueblo portugués para superar la difícil situación que está viviendo.
En la nota emitida por el Ejecutivo se recalcaba que la renuncia era únicamente por el rechazo parlamentario impartido al Programa de Estabilidad y Crecimiento (PEC), que Sócrates presentó a la Comisión Europea el pasado 11 de marzo.
El paquete era el cuarto que presentaba el Gobierno portugués en el último año y reunió solamente 97 votos de un total de 230 diputados.
Antes de que el Parlamento portugués entrará en sesión este miércoles, Sócrates había advertido que en caso de que se rechazara su plan de ajustes extraordinarios, el presentaría su renuncia.
La oposición de Portugal se negó a apoyar el programa y criticaron a Sócrates por comprometerse con la Unión Europea (UE), para aplicar medidas extraordinarias sin haber realizado una “concertación interna”.
Las medidas planteadas en el PEC contemplaban un ahorro del 1,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2012 y del 0,8 por ciento en 2013, con un recorte de pensiones, gastos en salud, educación, prestaciones sociales e inversión pública, y un aumento de impuestos.
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