Sepan que lúchamos contra la dictadura y, que hoy, seguimos luchando contra sus herederos, esos que desde sus medios de comunicación se permiten el lujo de hacer apología del fascismo o llevar a juicio y encarcelar a personas de probados valores democráticos, valores que ellos jamás defendieron durante la dictadura. Pero además, lo más grave es que se permiten el lujo de ensalzar un régimen condenado por el mundo, cosa que en cualquier país civilizado sería considerado un insulto a las víctimas y a la democracia. Si desean ejemplos de cómo la derecha extrema insulta a todo el que no coincide con sus planteamientos basta con que se den una vuelta por la tertulias de la TDT party [1] insultos y incitaciones al odio que si cualquiera de nosotros fuésemos los autores ya nos habrían fusilado, de hecho nada nuevo en este país, eso fue lo que se hizo durante cuarenta años de dictadura.
En el estado español no hay democracia, como dicen los jóvenes catalanes, lo llaman democracia y no lo es… Pero porqué lo digo, refresquemos la memoria, les voy a poner ejemplos en los tres niveles de la administración (estatal, autonómico y local).
En 2003, Arnaldo Otegi, dijo algo negativo del Rey de España era, algo que yo no repetiré, no sea que me acusen de algún delito por el mero hecho de citar la frase; y por ello un tribunal español le condenó a un año de prisión por un delito de injurias graves contra el Monarca, Pero ahora, como era de esperar, el 15 Marzo 2011 , el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha resuelto que el derecho a la libertad de expresión amparaba lo dicho por Otegi y condena a España a pagarle 23.000 euros.
Mientras tanto, en noviembre de 2007, la Audiencia Nacional española condenaba a los humoristas de la revista El Jueves Guillermo Torres y Manuel Fontdevila, a 3.000 euros por injurias a la Corona. Un estado que es incapaz de aceptar las críticas no es democrático, y donde hay instituciones intocables no hay democracia plena. La única salvedad es que no podemos, como dice el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, defender el insulto y, sobre todo, en el denominado discurso del odio y el de apología de la violencia. Nosotros no somos partidarios del odio, somos partidarios de la democracia plena y justamente por eso defendemos la república y queremos que sean los pueblos los que democráticamente, de forma clara y sin ambigüedades decida qué forma de gobierno desea otorgarse. Los partidos de la izquierda institucional, Esquerra republicana, IU e ICV, han propuesto la despenalización de las injurias a la corona pero no se preocupen no caerá esa breva.
Pero esto no acaba aquí, TV3 no emitió el reportaje “¿Monarquía o república?” de Montse Armengou y Ricard Belis, mostrando una vez más que los derechos democráticos y la libertad de expresión y crítica, por muy moderada que esta sea, quedan en entredicho en Catalunya y demuestran que al parecer la monarquía española es intocable. Los espectadores catalanes y españoles no pudimos disfrutar de un trabajo digno y absolutamente transparente y profesional. No nos han permitido formarnos libremente una opinión sobre un tema tan transcendental e importante para la historia de nuestro país y del estado español, como es el de la vigencia de los valores republicanos o la crítica a la supervivencia del régimen monárquico. Un estado que es incapaz de aceptar la más mínima crítica, o lo que es peor, la existencia de unos políticos incapaces de aceptar que critiquemos su sistema monárquico o incluso simplemente que opinemos sobre el mismo, son otra muestra palpable de que vivimos en una democracia de baja intensidad.
Pero nosotros mismos también hemos recibido algunas andanadas. No hace ni medio año, la responsable de seguridad del ayuntamiento de Barcelona, nos acusaba de hacer apología de la violencia, a nosotros que desde el primer día de funcionamiento de Kaos (Radio, 1987 y web, 2001), hemos estado en contra de toda violencia, nosotros que la hemos sufrido y la hemos vivido en carne propia durante la dictadura, la transición y en estos días de democracia limitada, por el simple hecho de garantizar la libertad de expresión a las personas que luchan o se manifiestan pacíficamente para defender sus y, nuestros, derechos frente a los recortes sociales.
Indignidad e injusticia es lo que vivimos los ciudadanos y las ciudadanas de Catalunya y del estado español, falta de libertades democráticas (no permiten al pueblo decidir sobre su futuro), recortes de derechos sociales como el trabajo, la salud, la educación, la cultura, en definitiva a unas condiciones de vida dignas de las que cada vez disfrutan menos personas. Todo esto lo que demuestra es que la república (catalana o española) es hoy más necesaria que nunca.
¡VIVA LA REPÚBLICA!
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