Clinton no puede seguir mientiendo. Agradece en la ONU la solidaridad de Cuba en Haití

. jueves, 7 de abril de 2011
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El ex presidente estadounidense Bill Clinton resaltó hoy la importancia de la colaboración de Cuba con Haití, país devastado por un terremoto en enero de 2010.

El reconocimiento fue transmitido al canciller cubano, Bruno Rodríguez, por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, durante una sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas dedicada a la reconstrucción de Haití.

Clinton me encargó expresarle su agradecimiento a Cuba por su trabajo en Haití, expresó el jefe de Estado colombiano cuando el ministro cubano concluyó su intervención ante la sesión del Consejo de Seguridad.

El ex gobernante norteamericano, quien participó en la primera parte de la reunión, ostenta también la responsabilidad de enviado especial de la o­nU para Haití.

En estos momentos, el programa de cooperación impulsado por la isla caribeña en Haití cuenta con mil 117 colaboradores de la salud, 923 de los cuales son cubanos y 201 de varios países graduados en Cuba, incluidos jóvenes haitianos


Canciller cubano critica la injerencia del Consejo de Seguridad en Haití

Bruno Rodríguez señaló que la situación humanitaria de Haití no compete al Consejo de Seguridad sino a la Asamblea General, “de quien usurpa frecuentemente, como ahora, sus facultades”


El canciller cubano, Bruno Rodríguez, opinó hoy que la misión de paz que Naciones Unidas tiene desplegada en Haití (Minustah) no debe “inmiscuirse” en asuntos internos de ese país, cuya situación humanitaria tampoco consideró competencia del Consejo de Seguridad de la o­nU.
“Haití no precisa de una fuerza de ocupación. No es, ni puede convertirse, en un protectorado de Naciones Unidas”, dijo Rodríguez, durante su intervención en la sesión especial del Consejo de Seguridad celebrada, bajo presidencia colombiana, para estudiar el ritmo en la reconstrucción del país antillano.
A su juicio, el papel de la o­nU en Haití, devastado por un fuerte terremoto el 12 de enero de 2010 y luego por una epidemia de cólera, “es apoyar al Gobierno y al pueblo haitianos en la consolidación de su soberanía y autodeterminación”.
“Las fuerzas de la Minustah han estado en ese país para un mandato muy específico de promoción de la estabilidad, que debió y debe respetarse con rigurosidad”, defendió el político cubano, quien no cree que la misión de paz de la o­nU tenga “prerrogativas políticas para inmiscuirse en asuntos internos que sólo competen a los haitianos, ni debe hacerlo”.
“No puede aceptarse que (la Minustah) sea partícipe de las opciones electorales o que presione a las autoridades soberanas en un sentido u otro. Tampoco tiene ninguna autoridad para hablar a nombre de Haití”, dijo durante su intervención en la reunión del Consejo de Seguridad de la o­nU.
Rodríguez también señaló que la situación humanitaria de Haití no compete al Consejo de Seguridad sino a la Asamblea General, “de quien usurpa frecuentemente, como ahora, sus facultades”.
“No es ésta una cuestión que amenace la paz y la seguridad internacionales, ni que se resuelva con fuerzas militares concebidas para operaciones de mantenimiento de la paz”, apuntó.
Consideró también que “son conocidas también las serias consecuencias de las omisiones, excesos, dobles raseros y procedimientos antidemocráticos que padece este Consejo”.
Para Cuba, los problemas que vive Haití vienen de “siglos de saqueo colonial y neocolonial, subdesarrollo, imposición de una de las dictaduras más largas y sangrientas de la región e intervención extranjera”.
“Haití necesita recursos para la reconstrucción y el desarrollo. Requiere compromiso humanitario y no injerencia ni manipulación política”, argumentó Rodríguez, quien reclamó “un mínimo de generosidad en vez de tanto egoísmo”.

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